LIBERACIÓN
El aire ondula el espeso pelaje que cubre todo sus cuerpos. Acaban de
cruzar el umbral de su antigua vida y sólo pueden pensar en la maldita manzana
mordida y en Su ira, sucumbida desde el cielo, bajo amenazas de expulsión que
finalmente se confirman. Ambos se yerguen con torpeza sobre sus cuartos
traseros para otear el horizonte del nuevo mundo. Es lúgubre e inhóspito. Ante
dicho panorama son incapaces de imaginar lo que le depara el futuro a sus
descendientes: pulgares oponibles, silex afilados, el fuego e incluso rituales
funerarios. Pero está empezando a oscurecer así que, con ayuda de sus colas
prensiles, trepan a las ramas del árbol más alto para cobijarse. Ahora la
necesidad apremia.
Juan Naranjo
No hay comentarios:
Publicar un comentario