¿A qué hueles hoy?
Acerco la nariz a tu boca y el perfume
del Rouge 56, con el que la coloreas, recuerda el olor de las ciruelas. Te doy
un mordisquito en el labio y dibujas una sonrisa. Paseo mi lengua por tus
dientes para encontrar tu lengua, húmeda, caliente, sabrosa. Te picoteo con
pequeños besos mientras me lanzo por el tobogán de tus pechos y aterrizo con
suavidad sobre el vello aterciopelado que te cubre el vientre y juego a
dibujarte la circunferencia del ombligo e inspiro su olor a miga de pan.
Desciendo por los muslos atléticos hasta llegar a unos pies que huelen al cuero
de esos zapatos de salón que tanto me excitan. Contengo las ganas de comerme
cada uno de sus dedos y me contento con chuparlos despacito, uno a uno. Un
fuerte olor a aceitunas me guía hacia el clítoris pequeño, salado, que escondes
entre las piernas y que descubres para que lo acaricie, lo lama, hasta que, de
todos tus poros, emane el aroma intenso, ácido, de tu orgasmo.
Ana Crespo Tudela - A cuatro letras
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